Qué causalidad que cuando me encuentro en Costa Rica para las vacaciones de primavera, mis clases de la universidad cambian para ser virtuales, mi trabajo de investigación tiene límites de viajar por el trabajo y puedo hacer todo de mi computadora. Mientras todos están de pánico en el resto del mundo, estoy aquí disfrutando la playa mientras tomo alguna bebida tropical y mirando el mar. Cuando estás abierta a lo que la vida te trae, no puedes evitar que esta situación es increíble. Único. Y voy a aprovechar de todo que el universo me está dando en este momento.
¿Qué—o quién—me trajo el universo? Pues, primero, un compañero de baile, una fuente de espíritu positivo y ojalá que un compañero de vida desde ahora en adelante. Hablaré más de eso en los días que vienen, pero en este momento, quiero expresar mi gratitud por la felicidad, el sol, este ambiente tropical en que me encuentro hoy, y ojalá por dos semanas extra que esperaba inicialmente.
Bueno, para los lectores que están abordando esta entrada, quizás no sabes que decidí de pronto viajar a Costa Rica para las vacaciones de primavera. Mis intenciones para este viaje eran muchos: De disfrutar la vida, el calor, de confiar en la humanidad y el universo para cuidarme durante la aventura. No podía esperar los momento especiales de estos once días.
Antes de seguir con esta entrada, quiero clarificar que las pérdidas de la pandemia no deben ser disminuidos. Es un momento trágico, sin duda. Pero con tragedia viene nuevas oportunidades y resquicio de esperanza. Ser viajero durante el pico de la pandemia fue una bendición disfrazada.
Cuando empecé a escribir esta entrada, era el medio de marzo. Nadie sabía realmente qué estaba pasando. Muchas turistas que conocí pensaban que el coronavirus era una broma, o un movimiento político para cubrir secretos del gobierno. ´No es diferente de la influenza´, me dijeron.
Pero para la gente que sí preocupaba por los efectos y el impacto en el turismo y la salud comunitaria, era una situación bastante diferente. Para mí, quería disfrutar lo que Jacó ofreció y la tranquilidad que pudo suceder con una disminución de actividad turística.
Para mi los beneficios de viajar durante este tiempo eran los siguientes:
1. Lograr precios buenos en lugares de dependen del turismo
Decidí cancelar mi boleto de avión dentro de cinco días de llegar a Costa Rica. Pensaba que si tuviera la opción de quedarme por unas dos semanas extra, lo haría. No fueron repercusiones porque Airbnb y todos los aerolíneas estaban perdonando los cambios de boletos sin tarifas de cambio. También encontré un condo para $250, que es mucho menos de un lugar así tan cerca a la playa durante cualquier otro momento del año. Negociar los precios para un cuarto era mucho más fácil porque con cada día los hoteles eran perdiendo clientes.
2. Menos tráfico, especialmente cuando se cerraron la comunidad
No sabía cuando llegué que Jacó es un destino local para todos los fiesteros de Costa Rica durante los fines de semana. El primer fin de semana aprendí rápidamente que comprar los tapones para los oídos era una decisión inteligente. Pero cuando se cerraron la comunidad, me encantó la lentitud y tranquilidad del pueblo. Los calles fueron calmas, la gente fueron tranquila y tenía un guapo a mi lado para acompañarme. :) ¿Qué más podía pedir?
3. Un sentido más grande de humildad y apoyo entre los desconocidos
El destino común es algo gracioso. No existe un momento en mi vida en que he visto algo que pasó en el mundo que todos tenían un interés compartido. Con la pandemia parece que todos que conocí eran mucho más disponibles para cuidar por otros. Eso manifestó en la última semana que estaba en Jacó, cuando gente que conocí estaban preguntándome si yo estaba segura, si necesitaba algo, etc. Dentro de unos días vi una transformación de ser un desconocido a una amiga.
Sobre todo, estoy completamente agradecida por todos que me ayudaban - especialmente José, Yiyi, Manuel y Dora. Ustedes me salvaron de tener un viaje oscuro.
Para los que están considerando viajar en los meses que vienen, quiero que sepan que compartimos un destino común. Todos nosotros estamos preocupados y esperando para un futuro mejor. Sé que en cualquier momento tienes la oportunidad de traer la luz al día de un desconocido, un amigo o un miembro de la familia. No vale la pena esperar por días mejores para hacerlo. Haz lo que puedes y sé que tiempos mejores están en el horizonte.
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